*

*

sábado, 25 de enero de 2014

ESPAÑA COMUNIDAD AUTONOMA


ESPAÑA COMUNIDAD AUTONOMA

Llegados a este punto de esquizofrenia colectiva, en el que la sagaz casta política local de Cataluña ha logrado convencer a sus votantes de la conveniencia de convertirse en sus súbditos, mediante la obtención de una idílica soberanía, resulta interesante recordar que de facto, ya gozan de un estatus autonómico, que salvo por el control de la justicia, y por el concierto económico, representa casi una total independencia del resto del País.
La evolución, o mejor dicho deriva, de los principios constitucionales que se establecieron como pacto de convivencia, reconociendo derechos históricos decimonónicos a algunas regiones, han marcado la trayectoria de nuestro sistema democrático, en el que de partida se ha terminado por demostrar, que ganaron las tesis más involucionistas, injustas, y erróneas, en aras a construir un marco de convivencia democrático, justo, moderno y equitativo, adaptado al mundo del siglo XXI.  Durante los sucesivos gobiernos del periodo de nuestra joven democracia, los privilegios de estos territorios han ido ampliándose paulatinamente, de tal forma que se han convertido en derechos inalienables, que además su oligarquía política local ha vendido, a través de sus competencia educativas, en forma de afrentas a su esencia como pueblo, algo que además de falso, no dejar de ser un viejo método para encubrir su lamentable legado como gestores de recursos públicos.  Hoy en día y a través de un bien orquestado proceso, resulta que propugnar la igualdad entre ciudadanos, (base esencial de cualquier ideología progresista), y territorios, es algo “carca” y reaccionario, mientras que propugnar la tesis que defiende un marco histórico administrativo semejante al de hace muchos siglos, plagado de trabas administrativas, comerciales, arbitrariedades y diferencias, es algo moderno y positivo, superponiendo el fantástico derecho de autodeterminación sobre cualquier otro.  Las tesis federalistas, a veces bien intencionadas, no son en definitiva más que otra chapuza, que a la postre no harían más que abundar en el problema, y agravar la situación de desigualdad, rompiendo el principio de solidaridad inter-territorial de nuestro Estado. 
La tendencia, desde uno y otro lado, es acusar y culpabilizar al contrario de la surrealista situación a la que se ha llegado, pero el resultado de esta contienda, que por cierto iguala a toda nuestra clase política demostrando una vez más que a los españoles nos igualan los defectos y tal vez nos separan sólo algunas virtudes, confirma la ineptitud de ambas partes.  No es demasiado complicado extraer, que cualquier solución que emane desde nuestra actual clase política, por ambas partes, en definitiva apunta a sus intereses personales o partidarios, y no al bien común y al interés general.  Sería excepcional que dados los antecedentes de su gestión, no fuera este el caso.
Y ya puestos a desbarrar, desde esta tribuna propongo como solución otorgar a nuestro País el estatus de Comunidad Autónoma única de España.  Tal vez así  todos los españoles podamos al fin ir adquiriendo nuevos privilegios que convertiremos en derechos inalienables de inmediato, y sometamos a todos los ciudadanos al , al parecer de algunos, subyugante y quimérico yugo de un marco de convivencia, común, justo y equitativo para todos, desde el que afrontar los retos del presente siglo, en paz y armonía.

ALAZOR
25-1-2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario