AGUAS SIN DUEÑO
"La tiranía totalitaria no se edifica sobre las
virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas." –
Albert Camus
Mantenerse a flote en estos días, es una auténtica
heroicidad. La marea continúa
subiendo impenitente, en forma de tasa de desempleo, de factura eléctrica, de
IVA, de desahucios, de desencanto general, y correlativamente también sigue su
ascenso en forma de corruptelas de partidos, de políticos sin escrúpulos, de
beneficios en bancos y compañías energéticas, de sueldos de directivos… Todo sube, menos lo que tiene que
subir.
Nuestra corruptocracia avanza sin temor al futuro, entre
otras cosas, por tener bien amarrados todos sus dispositivos “legales” de
flotación. Un poder judicial a su
medida, una opacidad al servicio de sus intereses, unos medios de comunicación
hipotecados, un sistema bancario complaciente y receptivo al intercambio de favores,
y lo más importante, una disimulada complicidad corporativa urdida entre todo
el gremio político, que al margen de teatrillos mediáticos e imposturas ideológicas,
siempre se ampara y protege en caso de peligro. Cuando saltan las alarmas, siempre aparecerá algún inmoral
portavoz alegando razones de Estado.
Una vieja estrategia para justificar cualquier desmán, que en sí misma
no encubre más que la triste tramoya corruptiva del Estado, violado en su
escondido y germinal rincón democrático.
Y toda esta maquinaria se engrasa perfectamente, gracias al
lubricante poder del aceite del becerro de oro que, por supuesto, se obtiene de
las vísceras de los sufridos ciudadanos, que han visto pasar ante sus ojos la
apropiación sistemática de patrimonio público a través de privatizaciones de
nuestras Compañías públicas, alcanzando con éxito su objetivo finalista: La
conformación de oligopolios, que de facto se comportan como monopolios,
controlados por cortesanos y políticos.
Las Cajas de Ahorro, la generación y distribución de la
energía, son a modo de ejemplo, algunos de los sectores en los que nuestra
casta política ha clavado sus garras, sin piedad ni vergüenza. Basta echar un vistazo a los Consejos
de Administración de las empresas más representativas, para confirmar el
montaje. Las tarifas suben y los
beneficios también, a la par supongo, que las cuentas corrientes de dinero
evadido por nuestros patrióticos políticos. La única esperanza posible para romper esta cadena de
inmundicia, quizá se encuentre en el límite de saturación del ciudadano. El político patrio se caracteriza por
su insaciabilidad, quizá su único punto débil, dada la impenetrable dureza de
sus pétreos e inmorales rostros.
Desde hace varios días, los vecinos de Alcazar de San Juan,
luchan desesperadamente por intentar que el edil de turno, no consiga
arrebatarles la propiedad y gestión de su suministro de agua. El agua de los manantiales de su propio
pueblo, que como mágica solución propone entregar a la iniciativa privada para
ser gestionada como cualquier otro bien superfluo. Me perdonarán si no abundo en el resultado de la ocurrencia
para los usuarios, ya que me están dando nauseas sólo de pensarlo. En su voracidad, tras haber arruinado las arcas del municipio
en sucesivas alternativas de gobierno, van quedando menos recursos para
expoliar, y ya no sólo se atreven con los esenciales, sino también con los básicos
para la supervivencia. Lo han
hecho con el sol, ahora con el agua, y como siempre digo, en breve pensarán un
impuesto que grave el oxigeno consumido por nuestros maltrechos pulmones.
La marea sigue subiendo, y nosotros a punto de
hundirnos.
Un único consuelo para todos los que tienen el agua al cuello: siempre se ha dicho que los excrementos flotan, si es
así, al menos podremos distinguir con claridad cuando tenemos cerca a un político.
Y ahora hablemos de la Justicia Universal…
ALAZOR
21-2-2014
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