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jueves, 13 de febrero de 2014

LA VIOLACION DE HELIOS


LA VIOLACION DE HELIOS

“Hace falta un sol doble para alumbrar el fondo de la estupidez humana.”  Jean Paul Sartre

El otro día recordaba mis juveniles y gélidas noches previas al 6 de Diciembre de 1978, que terminaban siempre al alba.  Un heterogéneo grupo de mercenarios nocturnos, vagaba dedicado a empapelar las calles madrileñas con carteles electorales afectos al plebiscito Constitucional, previo pago de una interesante cifra para aquellos tiempos.  El final de la jornada, con reuniones clandestinas entre miembros de diferentes ideologías, entre los que primaba la indeferencia hacia la política, transcurría entre tragos de brandy, anís, y bocadillos de tortilla que nuestras congeladas manos compartían, antes de disolvernos hasta la noche siguiente.  Cuando volvía a mi casa a lomos de mi scooter, el sol dorado del invierno madrileño presagiaba un nuevo amanecer de modernidad y apertura, mientras  guiñaba cómplice sus rayos dorados, ajeno a su negro porvenir.
Pocos pensábamos entonces, que con el transcurrir de los años, nuestra imberbe democracia sufriría toda suerte de atropellos por su indecente casta política, hasta convertirla en lo que es en la actualidad, un deleznable sistema profundamente antidemocrático, con listas cerradas, elecciones internas a dedo, sectarismo, corrupción, desigualdad y falta de transparencia, que únicamente abre la ventana a los ciudadanos cada cuatro años, para cerrarla herméticamente el resto de cada legislatura.  Mataron a Montesquieu, a Jefferson, y también a la vergüenza, a la educación, a los principios, y hasta al sentido común.
Pero hasta hace pocos meses, nuestro astro rey, confiado en su poder, se había podido mantener incólume, hasta que una infausta mañana, mientras realizaba su aseo matinal, tuvo el infortunio de escurrir la pastilla de jabón de entre sus rayos, con la mala fortuna que un político patrio, encargado de la cartera comercial pasaba por allí.
No entraré en escabrosos detalles, pero nuestro ministerial y provinciano amigo, con la desvergüenza e impudor de su infame condición, perpetro una violación en toda regla de nuestro azorado objeto estelar, que transformó en la brillante idea de imponer a los ciudadanos un solárico canon para su provecho y el de sus oligopólicos compinches, a costa del generoso y desinteresado esfuerzo de nuestra bola de hidrógeno y helio.  Como lo oyen, nuestros corruptocráticos políticos han tenido la desfachatez de apropiarse de la energía solar a través de una Ley que grava la producción de energía para el autoconsumo.  Yo instalo un panel solar, que pago de mi bolsillo, para generar mi propia energía, que únicamente consumo yo, y me imponen un canon que debo pagar a estos hijos de Monipodio.  Increíble, pero cierto.  El caso, por inaudito que parezca, ha pasado sin pena ni gloria por nuestros medios de difusión, y por supuesto ha superado todos los impostados filtros ideológicos de la “casta” parlamentaria, ávida de encontrar nuevas formas para desplumar a sus súbditos y mantener su inmoral estatus.  Y estos son los defensores de la iniciativa privada…  Interesante forma de entender la gestión de los recursos, no ya naturales, sino cósmicos, de nuestro solar patrio: apropiándose de ellos. 
No quiero dar ideas, pero dada la desvergüenza de los personajes, no sería de  extrañar que terminen exigiéndonos una medición de nuestra capacidad pulmonar, para en consecuencia, aplicarnos un impuesto por los litros de oxigeno consumidos anualmente. 
Las últimas teorías astrofísicas, han confirmado que la vida, y por tanto el género humano, están compuestos en sus génesis por partículas de procedencia estelar, así que, ahí va un consejo, nunca te duches cerca de un político; a todos se nos puede resbalar la pastilla de jabón…

ALAZOR
13-2-2014

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