LA VIOLACION DE HELIOS
“Hace falta un sol doble para alumbrar el fondo de la estupidez
humana.” Jean Paul Sartre
El otro día recordaba mis juveniles y gélidas noches previas
al 6 de Diciembre de 1978, que terminaban siempre al alba. Un heterogéneo grupo de mercenarios
nocturnos, vagaba dedicado a empapelar las calles madrileñas con carteles
electorales afectos al plebiscito Constitucional, previo pago de una
interesante cifra para aquellos tiempos.
El final de la jornada, con reuniones clandestinas entre miembros de
diferentes ideologías, entre los que primaba la indeferencia hacia la política,
transcurría entre tragos de brandy, anís, y bocadillos de tortilla que nuestras
congeladas manos compartían, antes de disolvernos hasta la noche
siguiente. Cuando volvía a mi casa
a lomos de mi scooter, el sol dorado del invierno madrileño presagiaba un nuevo
amanecer de modernidad y apertura, mientras guiñaba cómplice sus rayos dorados, ajeno a su negro porvenir.
Pocos pensábamos entonces, que con el transcurrir de los
años, nuestra imberbe democracia sufriría toda suerte de atropellos por su
indecente casta política, hasta convertirla en lo que es en la actualidad, un deleznable
sistema profundamente antidemocrático, con listas cerradas, elecciones internas
a dedo, sectarismo, corrupción, desigualdad y falta de transparencia, que
únicamente abre la ventana a los ciudadanos cada cuatro años, para cerrarla
herméticamente el resto de cada legislatura. Mataron a Montesquieu, a Jefferson, y también a la vergüenza,
a la educación, a los principios, y hasta al sentido común.
Pero hasta hace pocos meses, nuestro astro rey, confiado en
su poder, se había podido mantener incólume, hasta que una infausta mañana,
mientras realizaba su aseo matinal, tuvo el infortunio de escurrir la pastilla
de jabón de entre sus rayos, con la mala fortuna que un político patrio,
encargado de la cartera comercial pasaba por allí.
No entraré en escabrosos detalles, pero nuestro ministerial y provinciano amigo, con la desvergüenza e impudor de su infame condición, perpetro una
violación en toda regla de nuestro azorado objeto estelar, que transformó en la
brillante idea de imponer a los ciudadanos un solárico canon para su provecho y el de sus oligopólicos
compinches, a costa del generoso y desinteresado esfuerzo de nuestra bola de
hidrógeno y helio. Como lo oyen,
nuestros corruptocráticos políticos han tenido la desfachatez de apropiarse de
la energía solar a través de una Ley que grava la producción de energía para el
autoconsumo. Yo instalo un panel
solar, que pago de mi bolsillo, para generar mi propia energía, que únicamente
consumo yo, y me imponen un canon que debo pagar a estos hijos de
Monipodio. Increíble, pero
cierto. El caso, por inaudito que
parezca, ha pasado sin pena ni gloria por nuestros medios de difusión, y por
supuesto ha superado todos los impostados filtros ideológicos de la “casta”
parlamentaria, ávida de encontrar nuevas formas para desplumar a sus súbditos y
mantener su inmoral estatus. Y
estos son los defensores de la iniciativa privada… Interesante forma de entender la gestión de los recursos, no
ya naturales, sino cósmicos, de nuestro solar patrio: apropiándose de
ellos.
No quiero dar ideas, pero dada la desvergüenza de los
personajes, no sería de extrañar que
terminen exigiéndonos una medición de nuestra capacidad pulmonar, para en
consecuencia, aplicarnos un impuesto por los litros de oxigeno consumidos
anualmente.
Las últimas teorías astrofísicas, han confirmado que la
vida, y por tanto el género humano, están compuestos en sus génesis por
partículas de procedencia estelar, así que, ahí va un consejo, nunca te duches
cerca de un político; a todos se nos puede resbalar la pastilla de jabón…
ALAZOR
13-2-2014
ALAZOR
13-2-2014
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